- hijadelasoledad
Hallan muerto al doctor Luis Laguna
Un hombre de la limpieza halla el cuerpo del experto en biología evolutiva de El Borrao

Esta madrugada, el señor Eustaquio Usía hallaba en el laboratorio de ciencias naturales de El Borrao el cuerpo sin vida del doctor Luis Laguna, responsable de uno de los mayores logros científicos de nuestro pueblo: el pulpo Ruperto, un híbrido perfecto de pulpo y armadillo que permite que el marisco se proteja de los ataques de sus depredadores y le ayuda a desplazarse por tierra firme, rodando como si de una pelota se tratase, lo que ha facilitado su cría y pastoreo enormemente.
El cadáver, ya en avanzado estado de putrefacción, no presentaba signos de agresión externa, pero “Tenía la cabeza como un pollo gordo. Se le salían las venas y todo el pelo esparramao por el suelo”, describía el limpiador que ha encontrado el cadaver.
Los expertos apuntaban a una meningitis “agudísima” que habría hecho que el cerebro aumentara de tal forma que hiciera estallar el propio cráneo. Sin embargo, una grabación realizada por el propio Luis Laguna mostraba cómo se había inyectado un suero que él mismo había desarrollado para potenciar el córtex cerebral: “Le he igualado a nosotros, incluso… diría que he conseguido que nos supere. La única manera de detenerle y salvar el pueblo es inyectarme el suero para volver a decantar la balanza a nuestro favor”.
En dicha grabación, el doctor Luis Laguna se inyecta una y otra vez el suero directamente en el cerebro. Con cada pinchazo su cabeza parece aumentar más y más, sus ojos enrojecen y la sangre brota de cada uno de sus orificios. El pelo comienza a caérsele poco a poco, como si fuera plastelina a través de un colador, y el proceso continúa hasta que “la inflamación le conduce a un punto en el que ya no distingue la realidad de la ficción. La fiebre y la falta de oxígeno hacen que crea escuchar voces y ver sombras. El sujeto se sume en un delirio en el que él es el héroe que debe luchar contra el mal a toda costa”, aclaraba Rodrigo, nuestro reconocido forense.
Todos conocemos el trágico final, pero una pregunta continua en el aire: ¿Por qué?